Hola a todos los amiguetes, seguidores y lectores de STPYP!!
Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! Lo conseguí!! Ha costado mucho, muchísimo, pero es que las cosas que más se disfrutan en esta vida, son las que más cuestan de conseguir... Ad augusta per angusta. Esta vez más que nunca, si tú puedes yo puedo. El segundo gran objetivo del año, ha sido superado, y yo diría que con nota, con un casi inesperado tiempo de 5:47:44, jo, que para mi nivel es un tiempazo. Pero paso a detallaros la crónica, espero que disculpéis la extensión -como diría el caletero, coged el vasito de agua y las galletas-, aunque seguro que os gustará:
1. El viaje y los prolegómenos.
Haciendo patria al llegar a Lisboa, con la bandera de Dos Hermanas que
gentilmente nos entregó la concejala de IU, Lola Palacios.
Salimos temprano de mi casa, Fernando González, mi compi de locuras deportivas, y yo, con la idea de tomarnos el viaje con calma, y a fe que lo fue. Por el camino, muchos sueños e ilusiones que salían a borbotones, muchas risas, y muchos recuerdos de todos los que nos apoyan, nunca nos sentimos solos. Los ánimos de los colegas fueron algo impresionante, ya sea por teléfono, correo o facebook.
Llegamos tempranito y comidos al Hotel de la organización, a escasos metros de la salida, que era donde nos hospedábamos. Tras instalarnos, descansamos un poco y vamos a la charla técnica que da la organización... Impresionante cantidad de españoles por todos sitios, cualquiera diría que no estábamos en Portugal, ya allí nos dijeron que el 40% de los participantes era de España.
Primer contratiempo, el tiempo. Una lluvia y un viento descargando sobre Lisboa, que aquello parece el fin del mundo. Ya por la tele nos enteramos de una granizada e inundaciones sobre barrios de la ciudad, lo que nos acojona bastante para el día siguiente. De hecho, desestimamos salir a probar las bicis, ya que era más negativo el riesgo de una caída que probar las monturas. Estabamos convencidos de la decisión, pero siempre queda un resquemor por romper los planes. Esta vez, acertamos.
Por cierto, en la charla, viendo la cantidad de cuerpos esculturales, máquinas impresionantes y cachibaches triatléticos de todo tipo, empecé a preguntarme que qué hacía yo allí y cosas así, me sentía desubicado, pero bueno, más valía tomárselo a cachondeo e intentar relajarme.
Por la noche, cenita en un restaurante italiano, platón de pasta y a dormir a pierna suelta, como un angelito, para nada me sentía nervioso, creo que en las maratones me he puesto más nervioso, o lo mismo era el cansancio del viaje, pero la cosa es que dormí del tirón hasta las 5:30, en que nos levantamos y fuimos al desayuno.
Cualquiera lo separa de la Cube empepiná!! jajajaja
Luego evacuaciones varias -ejem, ejem- , prepararlo todo y a las 7:10 ya estabamos dentro de los boxes, liados con los últimos detalles y babeando como caracoles, viendo el catálogo de bicis que había allí, que pasada... ¡¡Era para llevarselas todas!!
Terminamos de ponernos los trajes de neopreno, y empezaba la carrera.
2. Natación.
Minutos antes de la salida, y ya sí, con los nervios a flor de piel, estiramos un poco las articulaciones y nos tiramos al agua sin dudarlo. Para nuestra sorpresa, no estaba nada fría. El sitio era un gran pantanán de agua salada, sin olas ni corrientes, vamos, como una piscina enorme, a la que darle dos vueltas, ideal para el nado, una pasada.
Pedazo de sitio para entrenar la natación... Aunque en esta foto, que fue
cuando lo vi por primera vez, estaba un poco acojonado... jajajaja...
Me pongo por la parte exterior y en mitad del pelotón, vamos, donde más o menos me puedo ubicar al final por tiempos, dan el bocinazo y empieza la guerra o el vado de los nús cruzando el río, que barbaridad... Golpes por todos lados, gente a la que paso nadando literalmente por encima, patada de karate en las gafas, manotazos, uno que me agarra del pie, otro nadando a braza, otros a espalda - en serio!!-, una locura... A eso que voy cogiendo mi ritmo y empiezo a pensar en que tampoco ha sido para tanto y que voy nadando muy bien, y escucho unas voces desde arriba gritándome en todos los idiomas conocidos que... ¡Me iba a salir del pantanan! Joder, que acarajotamiento, miro, y el pelotón por un lado y yo por otro, otra vez igual, giro y empiezo a adelantar a gente de nuevo, que angustia por dios. Ahora sí, poco a poco vuelvo a coger onda y ya sin más percances, llego al final, siempre adelantando gente. Una pena lo de desviarme, ya que pude perder por lo menos 3 o 4 minutos, pero bueno, tampoco ha estado mal. A la salida del agua, me resbalo un poco y se me sube un gemelo, aunque nada serio, me cuesta salir por estar todo muy resbaladizo, pero salgo al fin, en un tiempo de 41:24.
La T1, en 3:47, no está mal, ya empezaba a llover poco a poco y me percataba de que había viento, pero no dudo en seguir como iba y no usar más ropa... Lo que fuera, sería así, como iba.
3. Ciclismo.

La lluvia empieza a caer con más virulencia, pero yo a lo mío, empiezo a dar pedales a un ritmo bueno, pero que pueda sostener tantos kilómetros. Cuido al detalle la comida, voy comiendo cada 40 minutos geles y barritas de pasta de frutas, y bebiendo cada 15, isotónico y agua. El circuito es rápido, pero no tanto como esperaba. Hasta el km 10, muy llano, rapidísimo, por autopista y avenidas enormes, pero en ese kilómetro, empieza un repecho de 1'5 kms, no con grandes desniveles, pero sí muy sostenido, y lo que es peor, con bastante viento en contra. De este modo, me veo obligado a cambiar de plato y seguir con la misma cadencia alta, para no machacarme. Después de eso, bajada increíble en línea recta, donde mi GPS llega a marcar 71 km/h, bajando a tumba abierta, a recuperar el tiempo perdido subiendo. En la tercera vuelta, me cae un verdadero chaparrón que termina de ponerme empapado, se hace realmente dura, pero sigo al mismo ritmo. De hecho, hago las cuatro vueltas exactamente -segundos más o menos- en el mismo tiempo. Cuando veo a Fernan en la última vuelta, grito de ánimo y subidón para los dos, sabemos que lo vamos a conseguir.
Por cierto, algo asombroso me pasó en carrera, que me gustaría hacer constar en esta crónica. Al final de la subida, se me caen las gafas de detrás del trimono. Directamente, paso de parar a cogerlas, no me merecía la pena... Sin embargo, unos kilómetros después, un participante, se ve que sí vio que se me caían, y se paró a cogerlas, dándomelas en carrera. Su dorsal era el 250, inglés, y su nombre Pau Booth. Desde aquí quiero volverle a dar las gracias por su gesto, algo que le honra, y que me hace volver a creer que hay gente buena y honrada por todos lados. Impresionante. Thank you very much!
Seguía lloviendo y cada curva era un verdadero infierno, la bici frenaba poco, y había que tener mucho cuidado, no me quería arriesgar lo más mínimo. En mitad del recorrido había un pequeño bucle con varias curvas de 180º para cuadrar la distancia, que eran una verdadera putada en esas condiciones, algo que se debería haber evitado.
Los últimos kilómetros, bajo el pistón y dejo que las piernas vayan muy fluídas. Aún así, llego en un buen tiempo de 3:03:48, en un circuíto bien medido según mi GPS. En condiciones adecuadas, quizás podría haber arañado algo, pero lo que hay es lo que es y punto, no le doy más vueltas.
La T2, en 3:44, clavada a la anterior, me cojo los últimos geles, la gorra y a salir pitando. Seguía lloviendo, vaya coñazo.
4. Carrera a pie.

Pienso que llega mi sector y, efectivamente, las sensaciones al principio, son increíbles, voy adelantando gente sin parar y rodando muy fácil, no me noto cansado pero aún así me tomo un gel. En el km. 2'5, paro a soltar aguas menores por primera vez en toda la carrera, y me cuesta mucho trabajo, lo que me asusta un pelín, me reincorporo, pero no consigo volver a tener las sensaciones tan buenas que tenía en los primeros instantes, lo que me da que pensar que habrá que tirar de casta y echarle huevos a la cosa. El circuito era muy llano, de unos 5.250 metros, al que había que dar 4 vueltas, por superficies de adoquines, tierra, asfalto y tablones de madera, por un parque muy bonito junto al río Tajo. La primera y segunda vuelta, bastante bien, voy a un ritmo para llegar a 1:45, sin problemas... Pero la segunda mitad de la tercera vuelta se me hace eterna literalmente, y por no hablar de la primera mitad de la última, donde llego a correr a velocidades que ni en los entrenos más suaves o en los peores momentos de la maratón he corrido, arrastrándome casi... Encima, cae una tromba de agua impresionante de nuevo, que me deja helado y muy tocado. Me temo que el pajarón, se debe a no tomar un último gel que llevaba, pero no me atrevo a hacerlo pues no me notaba muy bien el estómago y el tema de la orina, me dio un poco de caguelo, la verdad... Craso error, pero del que bien puedo aprender para el futuro.
Ahí ya sé que Fernando había entrado y que había hecho un tiempazo -4:41!!!-, que crack el tío. Eso me dejaba más tranquilo.
Pero ya sólo quedaban un par de kilómetros y nada me iba a parar ya, apreté como si me fuera la vida en ello y llegaba a meta, llorando como un niño, en 1:54:59, dentro de lo esperado aunque sabiendo que podría haber arañado un poco más de ese tiempo. El último kilómetro, os juro que me acordé de todos los que me apoyais, de los que escribís comentarios, de mi familia, de los que ya no están, de mis padres. Miraba al cielo, y podía sentirlos muy dentro de mí. Un momento, sin igual, sólo comparable al de mi primer maratón. Éxtasis en estado puro. Por supuesto, los últimos metros, fueron para mí, por que yo lo valgo... jajajajajajaja... Llegué y me fundí en un abrazo con mi compañero, derrumbándome por la emoción, con toda la rabia de tanto esfuerzo y tantas horas de entrenamiento. ¡Qué pasada! ¡Soy Finisher!
Medalla al cuello, camiseta y a recuperar comiendo y bebiendo como una lima. Había tantas emociones por mi cabeza que no podía parar ni un instante. El tiempo total 5:47:44, mucho menos del mejor tiempo esperado, que creía que rondaría las 6 horas, en un circuito bien medido y rápido, aunque no tanto como creía que sería. Estoy muy muy satisfecho.
5. Agradecimientos.
Esta vez, quiero personalizar los agradecimientos, espero que no se me moleste nadie si me olvido de alguno, aunque intentaré no hacerlo:
- A Fernando "Tragabuche", por sus ánimos, y por la rueda que me prestó, sin la cual, no podría haber entrenando. También por la ayuda federando el club en el que milito con orgullo, el CD LOS BOTELLINES DE DOS HERMANAS. Se va a salir en Ronda.
- A Alberto "Bellota", por ofrecerme ruedas y por darme ánimos y consejos del Ironman que es.
- A mi cuñado Jose, por dejarme su trimono cuando se lo he pedido.
- A mi gran amigo Fernando González, por meterme el veneno del triatlón en el cuerpo, por dejarme su bici y más cosas y por tratarme como a un hermano siempre. Eres más que un amigo, y lo sabes.
- A mi pupilo Javi Sierra "Partepiedra", por su apoyo incondicional, por estar pendiente de mí, por sus ánimos y por aguantarme estos meses todas mis neuras runneriles... jajajaja... Tú también tienes culpa de esto, hermano.
- A Migue "Partepiedra", por dejarme su acople, pero sobre todo, por regalarme su generosidad y no negarme nunca un favor.
- A mi monitora de la pisci y la gente del grupo de natación, por su interés y por sus ánimos. Nadar como nado, es gracias a ellos.
- A Pilar y Mamen, los Luismi (el de la piscina y el de la bici), Manel, Carles, Caletero, Pedro Pinarello, Gustavo, Loli, la gente de Los Jartibles, Sergio y Julito Partepiedras, Rosa, Celina, Jan, David Matraca y su compi Barroso, Adri, Xevi, Diego Trajano, Javi Hervás, Ángel y a toda la gente del facebook y bloggers afines, por su amistad y ánimos a diario, así como por todo lo que aprendo de ellos.
- A Lola Palacios, por la bandera y por su amistad.
- A todos los que me leeis, me seguís por aquí o por facebook o sencillamente os pasais de vez en cuando por este blog, no os imaginais la ayuda que sois para mí, nunca me siento solo.
- A mi patrocinador,
Casa Rural "El Romeral", por ayudarme y confiar en mí.
- A
Cristina, mi fisio, ya que sin sus manos mágicas, tendría las piernas de madera. Es la mejor.
- A mis hermanos, por poder contar con ellos siempre.
- A mi hija, Paula, porque es todo para mí.
- A mi mujer, porque sin ella, simplemente, no hay triatlón ni deporte ni nada de nada.
Ahora, voy a descansar unos días, y la semana que viene, volveré a los entrenamientos poco a poco, el cuerpo y sobre todo la mente, me pide descanso y reseteo, ahora toca disfrutar de la feria y de la familia, curar las heridas para volver con más fuerza si cabe, el verano promete. En próximos post, pondré más fotos y datos, que se que os gustan, de estas diez semanas de entrenamiento después del maratón de Febrero.
En fin, señoras y señores, perdonen el tocho y de nuevo, gracias por estar ahí. Soy finisher, si!!